viernes, 15 de diciembre de 2006

«Eragon», un mundo de jinetes y de dragones que vuelan



Llega la magia de «Eragon», un mundo de jinetes y de dragones que vuelan
«Hubo un tiempo en el que los jinetes de los dragones trajeron la paz y la prosperidad a la tierra de Alagaësia. Los dragones dotaban a sus jinetes de poderes mágicos, hasta los hacían inmortales. Ningún enemigo era capaz de derrotarlos, hasta que uno de los suyos, Galbatorix, decidió quedarse con todo el poder y aniquilar a los jinetes de los dragones. Pero el descubrimiento por parte de Eragon de un resplandeciente huevo de color zafiro, del que nace un dragón hembra al que llama Saphira, hace que vuelva la época de los jinetes de los dragones».
Así explican los productores de «Eragon» el fantástico mundo que crea la película, deudora de «El señor de los anillos» en cuanto a su trama y de «Parque Jurásico» por la recreación técnica de grandes animales extintos, aunque supera a ambas en cuanto a efectos especiales. No en vano, el director del filme es Stefan Fangmeier, especialista en animaciones digitales, que por primera vez se pone detrás de la cámara, y los efectos visuales corresponden a WETA Digital («El señor de los anillos», «King Kong») e Industrial Light&Magic («Star Wars», «Parque Jurásico»).

Autor de 19 años
Eragon y el dragón Saphira llegan a la pantalla como primera entrega de la «Trilogía del Legado», las novelas de aventuras fantásticas creadas por el joven norteamericano Christopher Paolini. A los 19 años, Paolini publicó el primer libro, «Eragon», primero editado en 2003 como iniciativa familiar y pronto descubierto por la editorial Knopf, que lo convertiría de inmediato en un éxito de ventas. Sólo en EE.UU. se han vendido 2,5 millones de ejemplares, y ya se ha publicado en 38 países. No a mucha distancia le sigue «Eldest», el segundo título de la saga, mientras Paolini, que ahora cuenta con 22 años, está finalizando el tercer volumen.
Paolini reconoce que su gran inspiración ha sido «El señor de los anillos», aunque su «tierra media» es más sencilla, limitada a una imaginación menos elaborada y más ingenua, derivada de sus propios juegos y sueños de una infancia y juventud aislada en un valle de Montana, donde sus padres instalaron la familia buscando una vida rural alejada de la gran ciudad. Esos parajes de inspiración han intentado ser recreados con filmaciones en montañas de Eslovaquia y Canadá.
En el centro de la novela y de la película se encuentra el vínculo que une a Eragon y Saphira. En la pantalla, el personaje del joven jinete de dragones corresponde a Ed Speleers, un inglés rubio de 18 años con escasa experiencia como actor y que se estrena en el mundo del cine. La voz de Saphira la pone Rachel Weisz, aunque en realidad el dragón no habla, sino que expresa pensamientos. Jeremy Irons es el sabio Brom, que ayuda a Eragon en su cruzada, y John Malkovich es el malvado Rey Galbatorix.
En la estela de películas como «El señor de los Anillos», «Narnia» y «Harry Potter», «Eragon» crea un mundo imaginario en un tiempo pasado indeterminado, con criaturas propias y aventuras fantásticas. Su particularidad, según el director Fangmeier, es que, a pesar de los cuidados efectos especiales, trata de centrarse en la «realidad» del personaje, acompañando su evolución de niño a joven adulto.

Comparación ineludible

«Por supuesto, la comparación con «El señor de los anillos» es ineludible», afirma Fangmeier, entre otras cosas porque toda la película conduce a una gran batalla, la de Farthen Dûr, pero considera que el filme entronca más con la tradicional literatura sobre dragones. «Lo cierto -añade- es que «El señor de los anillos» ha creado una audiencia para esta película, y los estudios no habrían apostado por ella sin ese éxito previo».
El interés por esa audiencia, más juvenil que en el caso de la obra de Tolkien, explica la participación de Jeremy Irons. «Quería acceder a gente más joven, a la que por mis papeles nunca me he acercado, aunque en realidad lo hago a través de un personaje que se acomoda mucho a lo que hasta ahora he venido haciendo», explica.
El consagrado actor británico deseaba desde hace tiempo intervenir en una gran película de acción y aventuras. También le atrajo el papel: «El personaje de Brom me atraía; es retorcido y feroz, pero no por ello deja de ser un buen hombre».
Twentieth Century Fox piensa ya en la segunda entrega de la trilogía, pero aún no ha comenzado a concretarse el proyecto. Se da por seguro que Ed Speleers repetirá en el papel principal, pero Fangmeier desconoce si será de nuevo el director. En cualquier caso, éste sugiere que se lleve a la pantalla primero el tercer libro de Paolini, que aún no terminado, porque el segundo «tiene el problema de las segundas partes de las trilogías, que es que sabemos que aún no presentan el final, sino que se limitan a someter al protagonista a unas cuantas tribulaciones más, en ocasiones sin gran evolución del personaje, como ocurre con Eragon».

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